Hola Papa, hoy ya hace tres años y se te echa de menos.
Sí, sí, …mucho más de lo que tu creerías.
Va pasando el tiempo y me fastidia pensar en todo lo que te quedaba aún por vivir.
Pienso por ejemplo en cómo tus nietos van poco a poco encontrando su sitio y haciendo el tránsito hacia la edad adulta, cada uno a su ritmo, con los altos y bajos propios de cada edad, pero con la solvencia que dan los valores que nos habéis transmitido y la certeza de que les irá bien en la vida, son buena gente, cómo tu.
Y la mama bien, aunque es la que más te echa en falta. No puede ser fácil acostumbrarse a vivir sola después de toda una vida compartida. Dicho esto, lo lleva bien, tiene sus momentos, pero lo lleva bien. Es fuerte.
El resto, luchando contra el paso del tiempo y adaptándonos a esto de convertirnos en nuestros padres, que no es poco.
Por mi parte, estoy bien, contento y agradecido por todo y a todos. Tengo la mejor familia que uno puede desear, unos amigos a los que ya conoces y que son muy importantes para mí, un trabajo fantástico y por encima de todo Isa, Arnau y Edgar que, cómo bien sabes, son mi principal fuente de felicidad.
Por lo demás, nada nuevo, el mundo cada vez más loco y complicado, tu Madrid, cómo siempre, ganando los partidos en tiempo de descuento y poca cosa más.
En algún sitio leí que nadie muere definitivamente mientras su recuerdo permanezca en la memoria de alguien y tu recuerdo está y estará muy presente por mucho que pase el tiempo.
Te quiero papa.
